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Austria ha anunciado que utilizará la casa donde nació Adolf Hitler para proporcionar capacitación en derechos humanos a los agentes de policía, en lo que las autoridades esperan que sea el último capítulo de una larga saga sobre qué hacer con el edificio.
La elegante casa del siglo XVII en Braunau am Inn, cerca de la frontera alemana, fue comprada por el gobierno en 2016 bajo una orden de compra obligatoria después de una larga batalla legal.
Hitler nació en una habitación alquilada en el último piso de la casa en 1889.
El desarrollo para convertirlo en un centro de capacitación que incorpore una comisaría de policía, que se espera que cueste alrededor de 20 millones de euros, comenzará en otoño, según las autoridades.
La decisión se ha recibido con reacciones mixtas. Pero sigue a una larga discusión por parte de los miembros de un comité de expertos, que descartó la demolición o convertir la casa en un centro conmemorativo.
En una encuesta reciente, la mayoría de los austriacos estaban en contra de convertirlo en una comisaría de policía. En cambio, el 53 % dijo que debería convertirse en un establecimiento dedicado a tratar los temas del nacionalsocialismo, el antifascismo, la tolerancia y la paz. Poco más del 20 % dijo que debería ser derribado, mientras que solo el 6 % estaba a favor de su uso por parte de las autoridades.
La demolición se descartó sobre la base de que el acto sería visto negativamente a nivel internacional y se interpretaría como que Austria negaría su pasado nazi. Siempre ha existido el temor de que si se convertía en un punto de encuentro público, la casa estaba en peligro de atraer a entusiastas de extrema derecha.
La casa ha estado vacía desde 2011, cuando el último propietario se vio obligado a irse bajo una orden judicial después de que las autoridades no hubieran llegado a un acuerdo con ella. Más tarde recibió un pago de compensación de más de 800.000 €.
La casa abrirá como comisaría de policía y centro de entrenamiento en 2026. Una piedra conmemorativa frente a la casa, grabada con las palabras «Por la paz, la libertad y la democracia – nunca más fascismo – recordando las muertes de millones de personas» debe permanecer en su lugar, después de una decisión del ayuntamiento local, que va en contra de las recomendaciones de la comisión de expertos.
A pesar de que Hitler solo había vivido en la casa durante varios meses, durante la era nazi se convirtió en un lugar de peregrinación, trayendo mucho turismo a la ciudad. Después de la guerra, fue taponado.
Los gobiernos posteriores hicieron esfuerzos para evitar que se convirtiera en una atracción turística de extrema derecha, incluido el alquiler de la casa a su último propietario. Ella había puesto fin a su uso como una guardería de caridad dirigida por organizaciones benéficas para personas con necesidades especiales después de evitar los trabajos de renovación en él.
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